dos madrugadas, dos huracanes, una ruta

– Por Verónica Rivera Torres

I

20 de septiembre de 2017

Desperté a las tres de la madrugada por el ruido del viento. Resultó ser también el ruido del cañón, que dio la señal de un otoño que no terminaría en mucho tiempo.  Mientras mi compañero y yo sacábamos agua del apartamento para que no se inundara, comencé a llorar por y con miedo. ¿Qué será de Puerto Rico, que será de nosotros?.  Ya para ese momento atravesábamos nuestras peores crisis política, fiscal y económica. Éramos un país bajo asecho de buitres, de adentro y fuera. La Junta de Control Fiscal campeaba por su respeto. La gente estaba sin trabajo o con trabajos precarios. Sabíamos que parte del plan del gobernador era el cierre de escuelas.  Exigíamos una auditoría de una deuda odiosa, de una deuda injusta. Las mismas personas de siempre, algunas más cansadas que otras, gritábamos: “la gente antes que la deuda”, pero sentíamos el taco en la garganta de la precariedad del tiempo, de las ganas, del hacer. Y ahí, en medio de todo eso, un huracán nos dejó a oscuras y en silencio forzoso. 

II

13 de julio de 2019

Desperté a las tres de la madrugada, como me pasa casi siempre. No logro dormir muchas horas corridas. A veces son cinco, pero a veces son tres, a veces solo dos.  Cuando me resisto a tomar el teléfono en mis manos, los pensamientos toman vuelo hasta que las manos comienzan a sudar. La mayoría de las veces me ahorro la tortura y voy directamente al teléfono para distraerme hasta quedarme dormida de nuevo. Entré a twitter para saber si se había algo más del chat en el que el gobernador de Puerto Rico escribió  “hay que caerle encima a esa puta” refiriéndose a una política. Y entonces lo vi- el Centro de Periodismo Investigativo publicó las 889 páginas del chat. Las leí todas. Sentí nauseas y, a la vez, agradecimiento por las revelaciones. Terminé extenuada como a las 6 de madrugada. Me quedé dormida. No sabía que otro huracán se avecinaba.

III

No dejo de pensar que llevo el alma atragantada hace años. A pesar de participar en colectivos de lucha y de apoyar de alguna manera cuando no podía poner el cuerpo,  sentía el agua hasta el cuello. Una sabía, bueno, intuía, que el saqueo después del huracán había sido a gran escala. Una sabía que las ayudas no llegaron rápido a quienes las necesitaban con urgencia, sabía también que personas y corporaciones se habían beneficiado económicamente del desastre. Sabía que personas, no el huracán, habían matado a otras cuando el tumbe de Whitefish atrasó los trabajos para restituir el servicio eléctrico. Sabía que, como siempre, las pobres eran quienes se llevaban la peor parte y sabía que ahora las pobres eran más. También sabía que era parte de un pueblo deprimido, cansado y dividido.  

Hoy no.

IV

Hoy camino y hay miles de personas a mi lado. Nos miramos y reconocemos, a pesar de cualquier diferencia.  Sin vergüenza gritamos que amamos este proyecto colectivo que llamamos país- que se compone de millones de personas en distintas partes del planeta.

Hoy camino y me encuentro con una juventud dispuesta a resistir el embate físico de las fuerzas del estado por tal de exigir la renuncia al gobernador. Por eso, cuando la policía amenaza con gases y balas de goma y anuncia rutas de escape, nuestra juventud le responde “La ruta es pa´l frente, la ruta es pa´l frente”. 

Hoy camino y me encuentro con personas en todas partes de los Estados Unidos y ciudades de América Latina, el Caribe y Europa. Esa diáspora que con su amor y compañía fue la que verdaderamente nos rescató durante y después del huracán. La diáspora que vio, en vivo y a color, la destrucción  y luego se enteró que mucha de la ayuda que envió se pudrió en vagones. 

Hoy camino y tuiteo.  Me atrevo a salir de mi caparazón y me entero de que existe alguien como Rey Charlie que entra en motora a residenciales públicos y logra reclutar a miles de personas para una manifestación.  

Hoy camino y me reconozco en la rabia ajena. Y, a la vez, en la ternura, en la risa y- por primera vez- en la esperanza. Vivo conmovida. Agradecida.  

V

Ahora nosotras somos el huracán.

 

Screen Shot 2019-07-24 at 10.22.50 AM
Paro Nacional, 22 de julio de 2019. Tomada de redes.

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