cuidarlo

-Guillermo Rebollo Gil

Estoy mirando fotos en línea de la serie Rich & poor de Jim Goldwin. Una particularidad del trabajo de Goldwin es que le pedía a la gente que retrataba que escribiera en los bordes de la foto lo que esta decía sobre ellos. O lo que ellos veían de sí en ella. Hay una de un papá descamisado, peludo, posando con su hijo de cinco, seis años, descamisado también y en calzoncillos. Ellos son de los poor. Bajo la imagen, el hombre escribió “I love David. But he is to [sic] fragile for a rough father like me”.

Hay otra de un chamaco de dieciséis, diecisiete años sentado en su cama, camisa de cuello, top siders. Es de los rich. Escribió, en parte, “this picture is about having everything I want. I don’t have to struggle but I want to struggle.”

Conocí el trabajo de Goldwin gracias a una exhibición en el Art Institute de Chicago. Veníamos del Millenial Park, donde me detuve en la imagen del niño halando por los brazos a su hermana en la Crown Fountain. El nene—que antes se había quitado las tenis y las medias, y se había arremangado los mahones—quería que a la niña, con lazos en pelo, se le arruinara su vestido. Ella le decía queno con una sonrisa incómoda, cortés, forzada. Mientras, los adultos a cargo conversaban, en la suya.

No sé por qué escribo sobre el suceso como si estuviera describiendo una foto. No sé si el niño y la niña eran de los rich o de los poor. Traigo el asunto a colación para conectar fragilidad y violencia y struggle y amor.

En la primera escena, el padre abraza el hijo con un brazo, como algo propio. No en el sentido de dos que se pertenecen. Sino de uno que posee al otro.

En la segunda, la pose del muchacho es de confort y trinchera. ¿De la trinchera del confort? De no tener que echarle el brazo a nada ni nadie para saberlo poseído.

En la tercera, lo que está al borde de la imagen soy yo, con Lucas en brazos, calculando cuán frágil o cuán duro debo ser con mi hijo para que jamás sea el niño que hala. Pero que tampoco tenga que sonreír mientras lo halan al agua en contra de su voluntad. Yo amo a Lucas, pero me temo que ni frágil ni duro pueden ser el estándar de mi paternidad.

Esta imagen es de tener todo lo que quiero en mis brazos, y el struggle para cuidarlo.

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