-Guillermo Rebollo Gil
Tener 19 años y un empleo a tiempo parcial, que te hace sentir más o menos atrapado en el país dependiendo de si te dieron 12, 15 o 37 horas esta semana. Estar matriculado para quince créditos este próximo semestre. Estudiar literatura. Leer cuando haya tiempo. Dormir también.
Tener 23 años y dejar tu empleo súbitamente ante la posibilidad de uno más o menos mejor en el norte. Recordarle a tu jefe cuánto tiempo llevabas “con él” para que a manera de despedida, y muy casualmente, te comente que merecías un aumento hace tiempo. Colgar. Preguntarte quién habrá colgado primero. Comprar un pasaje. Citar a un personaje de una serie de Netflix: “Always forward.” Pensar que ahora sí podrás andar en hoodie todo el tiempo, y no sudar.
En el norte no se puede andar en hoodie todo el tiempo.
Tener 30 años y aceptar una nominación a la secretaría del trabajo. Olvidar haber tenido 19, 23. Dejarte atrapar por la maquinaria ideológica de un gobierno que precariza la vida de aquellas y aquellos llamados a fomentar el crecimiento económico del país. Buscar las palabras que mejor explican el plan económico de tu gobernador. No encontrarlas. Dudar de su existencia. Sonreír para las cámaras. Explicar bien tu agenda para los primeros cien días en tu nuevo trabajo. No lograrlo. Hablar entonces de figuras jurídicas para disimular tu corta edad ante colegas secretarios de la edad de tu viejo. De hecho, ¡conocen a tu viejo! Intentar recordar cómo hablabas a los 19. A los 23. Preguntarte cuántas muchachas de 19 años estarán empezando un trabajo nuevo hoy. Dudar encontrar jamás las palabras para explicarles bien los cambios a las leyes que las cobijan. Desearles que puedan comprar un pasaje antes de los 23.
Le pregunto, Sr. Secretario, ¿cuánto tiempo puede usted andar en chaquetón y corbata sin sudar? ¿Cuántas horas a la semana dedica a su trabajo? ¿Cuándo lee? ¿Cómo duerme? ¿Acaso ve las mismas series? Hay una muy buena de un superhéroe que tiene dos trabajos y aun así no le da para pagar la renta.
Al final de la primera temporada, ustedes pierden.
