-Ariadna M. Godreau-Aubert
Sabemos que estamos ante una coordenada cuando vemos ahí el puntito que marca un adentro y un afuera, un esto vale más, una ansiedad de lugar, una casa. Sabemos que estamos ante el percentil [la percentila] cuando vemos ahí el puntito que marca un antes y un después, un arriba y un abajo, un cantito de, el bizcocho entero para, una garantía de lugar. Un puntito también es una forma de ocupar el mundo o de ser ocupado por él.
Para llegar a Peñuelas desde Ponce se toma la salida a la 385. Las coordenadas del vertedero son 18.013567-66.701468. La gente que resiste está a ambos lados del puntito. Se mueven horizontalmente. Son las mismas aunque sean más. Muchas no han tenido que tomar la salida para llegar al patio de sus casas, a este pedazo robado a su comunidad.
Sabíamos que el camión lleno de cenizas se acercaba cuando el cielo se llenaba de puntitos, de un polvo pesau, de cantitos como pelitos grises que flotaban en el aire y que de momento se quedaban con todo. Y pasaron tantos que, al poco rato, ya no se veía nada. Todo era una nube que no subía, se quedaba como a nivel del camión y después de nuestras cabezas. Nadie dijo tírense al piso, porque no se trataba de humo: eran cenizas de carbón. Lo de tirarse al piso vino días, meses, años después, para hacerle frente a la Policía. Queríamos que pasaran trabajo limpiándonos, que se ensuciaran las manos haciendo el trabajo sucio de otros. Cenizas quedan y razones para la lucha sobran también.
Desde más afuera, alguien da declaraciones a la prensa. Es un experto en puntitos. Es un abogado o, cuando menos, habla como si lo fuera: sin saber nada y haciendo que se sabe todo. La noticia no lo dice pero su percentil debió haber sido alto: a la altura de estos tiempos de oportunidad y crisis. Parecería que dijo algo como que “el viento ni sopla en esa dirección”, aunque quisiéramos pensar que eso no fue lo que dijo él o ningún otro, nunca. En referencia a Peñuelas, Humacao, Salinas, Adjuntas, Vieques, Loíza, Arroyo Barril, Standing Rock, Flint, las coordenadas del progreso siempre son las de la pobreza. El racismo ambiental es piedra angular de la planificación y la explotación económica. Los tubos siempre pasan por las comunidades más pobres, las arenas se las roban a las barriadas negras, las cenizas soplan hacia los barrios más precarios.
Para otras coordenadas sobre el lugar ver «crápulas”,»such is life», “aquí no vive nadie”. También se puede consultar el Registro de la Propiedad para ver si está o no inscrito el derecho al mar. De paso, hágase un favor e integre esta parada en su ruta de wikén: 18.462191- 66.085539 Un nuevo mercado es un paso afirmativo del aquí al mañana. Aquel que marca señala que vamos en la dirección correcta. Subir.
De un tiempo para acá quienes anuncian nombramientos de funcionarios públicos se fascinan con el asuntito ese de los puntitos. Ver aquí y aquí también. No todos los abogados son iguales – ni deberían serlo. Un abogado aprobado con casi perfecto en la reválida es una PROMESA de avivamiento. Un abogado aprobado con casi perfecto puede orquestar el desastre ambiental de un pueblo y con la otra mano agenciar los asuntos públicos del país. Un día cualquiera el gobernador – quien quiera que sea- sale con el anuncio del nombramiento y de paso, purga la culpa preventiva como quien vende un carro usado: este apenas ha corrido 98,077 millas en los 4.3 años que tiene. Una joya.
¿Qué nos dice el percentil obtenido en la reválida de derecho de una persona, de un potencial funcionario público, de un País? Según otro reportaje, de quienes tomaron el examen en agosto aprobó menos del treintaipico por ciento. Este número es parecido a los resultados de marzo, agosto, marzo, agosto y así. Hay aproximadamente 12mil personas aceptadas a la abogacía activas. La mayoría de los puestos “de poder” los ocupan abogados [hombres, blancos, corporativos, macaneros si los dejan también]. ¿Qué nos dice eso de una persona, de un potencial funcionario público, de un País?
Cuando menos, que hay un estar por debajo y no a la altura de los tiempos. Se puede estar: 1. en la salida equivocada; 2. en una barriada equivocada; 3. con una mentalidad o visión política equivocada; 4. en un cuerpo equivocado; 5. en una relación equivocada; 6. en un sitio a donde no sople el viento. Un buen percentil, como una coordenada, es una forma aceptable de estar: 1. a ambos lados y simultáneamente de las corporaciones y del estado; 2. ejerciendo el poder detrás del trono; 3. sin voto pero con voz a discreción de la junta; 4. en la lista de invitados a lo que sea o 5. en un cantito protegido de las cenizas, del calor, de la pobreza y la tristeza. Un puntito es una forma de ocupar el mundo o dejarse ocupar por él.
Me pregunto cuánto del ingenio popular está relacionado a la altura que guardan los pies sobre el suelo, a la distancia entre el suelo y la gente. Algunas referencias obvias son: “por encima de los gandules”, “por las nubes”, “debajo del ombligo”, “por encima del bigote”, “todo lo que sube baja”, “se deja caer pa que lo carguen”. De dudosa ubicación en relación a la tierra anoto: “ahí los pájaros tirándole a las escopetas”, “cuesta más el rabo que la chiringa” y “las cosas que caen por su propio peso”. En las de imposible clasificación están: “del árbol caído todos hacen leña” y “el mono sabe el árbol que trepa”.
A pocos días -¿horas?- de los primeros arrestos en Peñuelas, la junta de control fiscal anunció la contratación de un bufete local que le asesorará en el cumplimiento de su encomienda: 18.426494-66.059063. En esta ocasión no hizo falta el percentil. El camino está trazado, con puntitos, sobre el mapa de la crisis y el porvenir. Es tanta la necesidad de posicionarse y para algunos, tan fácil.
La única manera posible de llegar sería en dirección contraria a la ruta que le han trazado al viento. Sopla.
