-Guillermo Rebollo Gil

Lloraba frente al televisor. La exsuperestrella de lucha libre profesional CM Punk había sido derrotado de forma brutal en su debut en la Ultimate Fighting Championship. Punk, quien se retiró de la WWE en el 2014 para dedicarse a las artes marciales mixtas, perdió a los dos minutos catorce segundos del primer round. A propósito de su derrota, dijo al público presente: “Sometimes the outcome isn’t always what you desire it to be, but the true failure in life is not trying at all. I know it sounds preachy and kinda weird for a guy that just got beat up, but fuck it. This is the time of my life. Thank you, Cleveland.”

Inspirado, e indeciso entre matricularme en clases de jiu jitsu y tatuarme el pecho, los brazos y el abdomen como Punk, opté por pedir una t-shirt con su nombre y logo por Amazon. Sus palabras—eso de “fuck it. This is the time of my life”— trajeron a mi memoria estos versos de Pablo Katchadjian: “la propuesta es estar acá como sea/…/estar acá como sea es decir/adentro del desastre de todo esto/…/el mejor desastre es el de todo esto.” ¿Acaso habrá alguna pregunta posible acerca de la vida en Puerto Rico hoy día que no se pueda contestar así? Gracias, Rio Piedras.

Ariadna me dice que le gustan las cosas que le saco a los programas de pelea en la televisión. Para comerle el corazón le comento que Punk cumple 38 años en octubre. Que no bebe ni se mete. Que está casado con otra exsuperestrella. Que juntos tienen un perro. Nosotros tenemos dos y una propuesta de quedarnos cerca el uno del otro como sea pues lo mejor del desastre de todo esto es que nos tenemos. Nos proponemos tener un niño además. Un pequeño Punk, si se quiere, pero eso no se lo digo así como así.

La cosa es que lloraba frente al televisor porque alguien que se ganaba la vida peleando de mentiras perdió una de veras y dijo algo que la gente no acostumbra decir ante la derrota: “Fuck it y gracias.” Es como para tatuárselo en el pecho, los brazos y abdomen. Para tener un niño y recitárselo. Para decidirse por algo o por alguien, de cara al desastre. No importa qué.